Zona de confort como cultura organizacional

Para poder acercarnos a este modo de entender las organizaciones, tenemos que retroceder en el tiempo hasta el inicio de crisis económica. En aquellos años la situación en el tejido empresarial era bien diferente a la que nos encontramos actualmente, se podría decir que generalmente éstas gozaban de buenos resultados y se aventuraban a conservar lo obtenido, como si nadie les fuera a arrebatar lo conseguido hasta ese momento o por el contrario se lanzaban a nuevas aventuras sin tener en cuenta las posibles consecuencias.
Ante esta situación las organizaciones, una vez que se percatan de que ese ecosistema donde estaban acostumbradas a moverse ya no existe, y las reglas a las que estaban acostumbradas han dejado de aplicarse, se ven abocadas a tener que decidir entre “salir de la zona de confort” “renovarse o morir”, o “instaurar una cultura de la innovación”. Si bien parecen soluciones sencillas, conllevan los mayores retos a los que se puede enfrentar una organización en su historia. Esto supone tener que replantearse si lo que ofrecen al mercado es lo correcto, si sus canales de ventas son los adecuados, si sus procesos están alineados con su negocio y si el mayor de los activos de la organización (las personas) es el adecuado para poder atender las necesidades del mercado.
Para poder entender lo que supone esto dentro de una organización, se puede establecer un símil con la vida personal de cada uno, plantearte todos los días si deberías vivir en esa ciudad, país, si tu casa es la adecuada, si lo que has estudiado es lo que mas te atrae, si realmente estas atendiendo las necesidades de los que te rodean, etc. Si cada semana nos hiciéramos estas preguntas, el nivel de estrés al que nos veríamos abocados sería insoportable.
Pues bien, este es el gran reto al que se enfrentan las empresas, tienen que llegar a ser altamente dinámicas e innovadoras pudiendo permitirse cambiar su producto o su modelo de negocio cuando entiendan que el mercado o las necesidades de los clientes han pivotado. No es una orientación o una “moda empresarial” que como tal puede cambiar en un corto periodo de tiempo, sino que es la forma de entender la sociedad actualmente. Son los patrones de comportamiento los que posibilitan que los cambios se produzcan en ciclos más cortos.
Cuando hacemos referencia a abandonar de la zona de confort y a adoptar la innovación como un activo diferenciador de las empresas, es debido a que si cada proceso o cada procedimiento puede verse alterado, mejorado o cambiado por quien lo desempeña, entraremos en la tan ansiada mejora continua. Esa visión de replantearse todo lo que hace la organización, cómo lo hace, de qué forma y con qué coste pone en perspectiva su modelo de negocio. De esta manera todas y cada una de las personas que componen la organización podrán innovar (generando una cultura en torno al modelo innovador) y sentirse partícipes del éxito de la compañía.
Una vez llegado a esto punto, sigue siendo una incógnita, cómo poder abordar esto. Es cierto que existen un sinfín de eventos o gurús del management que prometen tener la clave del éxito a través de metodologías de trabajo o de tipos de organización, pero lo cierto es que la clave de este éxito radica en que cada una de las personas que componen una organización sea capaz de desenvolverse(venciendo resistencias) fuera de su zona de confort. La actitud buscada tiene que vencer las resistencias internas que se generan cuando adoptas esta postura pudiendo lastrar y hacer que sea muy complejo instaurar la cultura de la innovación. Este grado de madurez dentro de las organizaciones no es una utopía, si bien su alcance puede ser complejo, una vez instaurado como cultura organizativa hace que su posición frente a los competidores y su fortaleza se vean altamente reforzadas y preparada para los retos que le proponga el mercado
En definitiva no cabe duda de que nos enfrentamos, las organizaciones y las personas, a una situación de riesgo, pero no hay mejor forma de poner a prueba nuestras mentes que vernos en situaciones extremas que hacen que saquemos lo mejor de nosotros mismos y que nuestras ideas de mejora fluyan para poder solventar aquello que nos incomoda. Si nunca llegamos a sentir ese miedo o riesgo ante lo desconocido nuestras mentes y organizaciones permanecerán pasivas. La crisis ha creado el ecosistema para que la innovación se implante como cultura y nos sintamos amenazados constantemente haciendo que demos de nosotros mismos el 110% sin que nadie te pueda decir que no lo has intentado al menos.
Aléjate de lo fácil, convive con el riesgo y lucha para sentirte incómodo en tu zona de confort.
Autor: Arturo Valle, Director Corporativo.